GENERA ACCIÓN

Educación Arcoíris: Educar con E de Esencia

Ha llegado el tiempo de asumirnos en nuestra totalidad y de impulsar una educación integral que acompañe los procesos de descubrimiento de la vida, que respete los ritmos personales y las diferentes formas de aprender, que potencie los talentos individuales y reconozca el potencial que en esencia somos.

La experiencia de  cada día, nos muestra que estamos viviendo tiempos de una gran complejidad y a la vez importante transformación y muchas veces nos sentimos perdidos porque lo que hasta ahora nos servía, hoy no nos funciona.

Los niños, niñas y jóvenes nos lo recuerdan con mensajes constantes (actitudes, comportamientos, síntomas, adicciones) y nos invitan a abrimos a encontrar otras maneras de relacionarnos.

Si somos capaces de aprovecharlo como una oportunidad, seremos protagonistas del cambio que nuestros niños y niñas llevan tiempo anunciándonos.

La física cuántica ha demostrado que todo lo que vemos está conectado por una especie de red invisible en la cual está entrelazada toda la creación y los límites de cada objeto son ilusiones que nos impone nuestra limitada percepción.

Estos descubrimientos producen un inevitable cambio en la visión del mundo y en la conciencia, que nos permite a los seres captar nuestra propia dimensión, no sólo como un cuerpo en el espacio y el tiempo sino como alguien que forma parte de algo mayor, inteligente y con poder creador.

Desde esta nueva comprensión del mundo que nos rodea enfocamos esta propuesta en el poder de la mirada y cómo esa mirada necesita desprenderse de viejos patrones para abrirse a una realidad de infinitas posibilidades.

La mirada sistémica en la educación

Los niños nos abrazan para abrirnos el corazón. ¿Cómo miramos a los niños y a los jóvenes?

Cuando no entendemos, juzgamos y cuando juzgamos excluimos

y si… ¿los niños vinieran a mostrarnos lo que aún no hemos sido capaces de incluir en nuestro corazón?

Los niños actúan por amor. ¿Dónde está el amor?

Más allá del misterio: somos parte de sistemas a los que estamos unidos por un campo de energía que conecta todas las cosas.El primer sistema al que pertenecemos es la familia.

Desde el enfoque sistémico la familia es el primer sistema que conformamos y que nos conforma.

De allí la importancia de la mirada sistémica como una mirada inclusiva a todo lo que somos y a todo lo que es.

Desde la visión sistémica miramos al niño en su contexto, miramos al niño integrado a su sistema familiar y en lugar de quedarnos en las conductas, síntomas y características vamos más allá y miramos las dinámicas relacionales, los órdenes y desórdenes en el sistema al que pertenecen y nos enfocamos en la solución.

En lugar de verlo como el “problema” suponemos que su conducta o síntoma tiene algún sentido, porque está compensando un desorden de su sistema y lo hace por lealtad.

A partir de aquí nuestra mirada nos lleva a buscar cuál es su intención. Nos estamos moviendo a un nivel inconsciente donde las apariencias y las creencias pueden ser totalmente contrarias.

Si en lugar de mirar al niño con preocupación, miramos hacia donde mira el niño comprenderemos que el niño trata de incluir algún excluido de su sistema. Le damos un lugar en nuestro corazón y permitimos que tenga de nuevo su lugar y así el niño se libera de su implicación.

Ellos manifiestan algo del sistema que no estamos viendo y esto sucede a un nivel inconsciente.

Los niños no eligen esto pero como parte de un organismo mayor estamos al servicio de la conciencia familiar.

y si  ¿la hiperactividad respondiera a movimientos interrumpidos en los sistemas familiares?

y si  ¿el déficit de atención nos estuviera informando lo que no estamos mirando y necesita ser visto?

y si  ¿el  autismo viene a mostrarnos nuestras dificultades en la comunicación y en la manera de relacionarnos?

Nuestro propósito es crear espacios de encuentro donde explorar juntos qué hay más allá de las aparentes dificultades de aprendizaje, de las rabietas, de la falta de interés de los niños y jóvenes; promover comprensiones que nos permitan ampliar nuestra mirada y aportar herramientas que favorezcan una comunicación más auténtica.

Nuevos códigos en los niños y jóvenes de hoy

Ellos muestran con la acción, hablan con la imagen y sienten con el corazón.

Tienen una serie de características que por chocar con la vieja estructura se consideran como problemáticas. Si podemos verlas a la luz de un nuevo paradigma, podremos considerarlas como las semillas y los potenciales que ellos traen para construir juntos una nueva sociedad.

Los niños necesitan que los reconozcamos  y les demos un espacio para participar abiertamente en la transformación de las estructuras obsoletas que rigen en nuestra sociedad. Tienen mucho para aportar.

Mirémoslos, escuchémoslos y comprendamos su lenguaje.

Los niños de hoy tienen una serie de características que por chocar con la vieja estructura se consideran como problemáticas. Si podemos verlas a la luz de un nuevo paradigma, podremos considerarlas como las semillas y los potenciales que ellos traen para construir juntos una nueva sociedad.

Sólo necesitan que volvamos a conectar con quienes somos   para poder habilitarles una conexión real consigo mismos y su verdadera identidad.

Éste es el mayor gesto de amor que podemos brindarles, permitirles ser quienes son.